Londres

jueves, 27 de agosto de 2009

No pude evitar a las lágrimas escaparse. Lo ultimo que quería era que me vieras llorar. A pesar de que yo se que tu sabías que mi corazón se acababa de hacer añicos y yo no podía hacer nada mas que mirar los pedacitos en el piso.
- Lo siento, amor...
Salado en mi boca.
-¿Cuanto tiempo?
-Por el resto del semestre.
-Si acabamos de empezarlo...
Todavía no te vas, y ya te extraño.
Tus dedos en mis mejillas, enjugándome. Mi cabeza lo entendía, ¿mi alma? Ella ya se había ido al rincón y no miraba a nadie a los ojos.
Levanté la frente. Hice el intento. Te miré tiernamente. Forzé una sonrisa.
- Se que te vas a divertir en Londres. No te preocupes. Tu te lo ganaste, y no es como si pudieras pedirle al director que te deje llevarme... ¿o sí?
Un guiño de ojo. Un abrazo de oso. Mi cuerpo aún tiembla. Yo digo que si, pero mi mano se aferra fuerte a la tuya, como creyendo que así evitara que te escapes.
- Te prometo que se pasara rápido. Ni cuenta te darás de que no estoy.
Un beso rápido, y se acabó. No hay nada mas que decir. Y yo me estoy muriendo de miedo.

1 comentarios:

Mica dijo...

Simplemente amo como escribis!